Ayoba!!!!

No tengo palabras par describir el día de ayer. Sinceramente, no pensaba hacer otro post hasta el lunes pero el día lo ha merecido (este viernes nos vamos Potchefstroom a darle el cante a Del Bosque y seguidamente tiramos para los montes de Drakensberg donde estaremos todo el fin de semana haciendo senderismo).

Si hay una palabra que puede definir el carácter sudafricano esa es ‘buenahente’ (buena gente, en castellano). Era el día de Argentina. Visto el mal sabor de boca que se nos quedó tras la derrota de España, el destino (o como queráis llamarlo) nos ha regalado un día 12 (que es más que 10, por si alguno de letras, como yo, está leyendo este blog).

Nuestro día comenzó a las 11. Gabi y Marco son dos argentinos afincados en España y a los que conocimos en el vuelo a Johannesburg… Venían con lo puesto, sin lugar donde dormir y ni idea de a donde ir… pero Sudáfrica… is diferent…

Diferente por todo… por el clima, por su costumbres, pero sobre todo por algo que hace que uno siempre quiera volver, su gente. No os creáis mucho lo que dicen las noticias, o sí… es cierto que Sudáfrica tiene zonas peligrosas y lugares en los que mejor no pinchar una rueda pero que ciudad europea no tiene un barrio o zona con la misma fama.

Aquí la gente es espectacular. Te llevan en sus coches particulares, te dan sin esperar recibir nada, te sonríen e intentan entenderte hasta el final sin importarles el tiempo que les estas haciendo perder, te dan la mano, abrazos y besos sin ningún pudor, en definitiva, te aman sin conocerte.

Pero volvemos al gran partido. Argentina-Corea del Sur cumplió con nuestras expectativas notablemente en lo futbolístico. No es fácil ver un ‘hactrick’ en un mundial e Higuain (quién me lo iba a decir a mi) nos regaló este privilegio. Pero os aseguro que lo más importante de ese día fue el antes y el después del partido.

Era, sin duda, el día de Gabi y Marco. Jugaba su selección, Argentina. Era su primer partido como espectadores del Mundial y la emoción les hizo casi no dormir… o por lo menos eso pensamos porque nos estaban esperando despiertos desde las 9 de la mañana.

Por circunstancias de la vida, todo parecía que iba a torcerse. Salimos tarde y nos confundimos varias veces por culpa del GPS (aparato imprescindible para moverse por este país si eres un bafana primerizo).

Nuestra idea era dejar el coche en la Zona Fan de Soweto (barrio mítico y símbolo del Apartheid) donde íbamos a acabar la fiesta y acudir en un ‘bus-Fifa’ que supuestamente nos llevaría a Soccer City (el estadio principal del mundial). Tras varios rodeos y cambios de coordenadas, logramos llegar a Fan Fest de Soweto, pero… ¡Oh, sorpresa!… vimos que desde allí no salía ningún autobús para aficionados y lo único parecido que vimos fueron dos autobuses llenos de críos esperando para a que les llevarán a su excursión.

Quedaban apenas 40 minutos para el inicio del partido y aún no sabíamos como íbamos a llegar al campo. Los argentinos (como es normal) se impacientaban… “no escucharemos el himno” pensaban… pero aún así no se desesperaron y se tomaron el contratiempo con humor y confianza en un buen desenlace… y… no sabemos si fue Maradona u otra fuente divina… pero nuestra suerte comenzó a cambiar…

Volviendo resignados al coche pasó el primer ángel. Una chica sudafricana (lamento no acordarme de su nombre) no sólo nos ofreció su ayuda…sino que se prestó a dejarnos su GPS (sin conocernos de nada) para que pudiéramos llegar a otra de las zonas de aparcamientos del estadio que desconocíamos… por el módico precio de…. Una sonrisa.

Por supuesto, nos negamos… nos parecía algo excesivo… algo que si lo pensáis… nadie haría en España u otro lugar más desarrollado. “Ya me lo devolvéis después del partido” decía…. Tras unos minutos más de conversación decidimos irnos lo más rápidamente posible cuando pasó otro ángel.

Viendo lo apurados que estábamos uno de los monitores de los niños que esperaban para su excursión nos ‘alertó’ de que los autobuses iban al estadio y que podíamos ir con ellos.

‘Bendita’ suerte pensamos… aparcar en el Fan Zone donde íbamos a acabar la jornada e irnos en un autobús que nos dejaba directamente en el campo… sin comerlo, ni beberlo. La entrada al bus fue… algo apoteósico… Convencidos de nuestro nuevo papel de ‘argentinos por un día’ entramos en el vehículo entonando cánticos argentinos que los críos agradecieron y acompañaron…

No os lo podéis imaginar, los niños nos saltaban encima, cantaban, nos preguntaban por nuestros jugadores preferidos, nos daban la mano, nos abrazaban e incluso nos besaban… tanto amor, tanto agradecimiento y cariño… por nada… Sudáfrica empezaba a mostrarnos su cara más amable… Sí… Argentina ganó 4-1… pero nosotros lo hicimos 200 ‘por’ 0…

De entre todos los niños, había una chiquilla (M’po) que nos enamoró a todos. En Sudáfrica todos los nombres tienen un significado… el suyo… es ‘regalo’. ¿Casualidad…? No lo creo… fue un autentico regalo.

Terminó el partido y había que volver. Al autobús escolar le perdimos la pista y era imposible recurrir de nuevo a ellos. Lo de coger un ‘bus-Fifa’ era una tarea ‘casi’ imposible (¿os he hablado ya de la organización?)… así que, decidimos seguir apostando por la suerte que en la que este país te invita a creer y decidimos hacer ‘autostop por signos’…

El autostop por signos, como ya os he comentado en alguna ocasión, es una práctica muy común entre la población negra sudafricana, pero muy rara de ver en la blanca. Tras varios intentos en los que estirábamos el dedo hacia la calzada y cuando todo parecía perdido… nos volvió a pasar… apareció otro ángel… Ellen.

Ellen que es una mujer sudafricana de unos 38 años, conduce un golf y es policía. En esta ocasión iba de paisano y no tuvo ningún reparo en parar y ofrecer su ayuda hasta tal punto de ofrecerse a llevarnos de vuelta a los 5 (hablamos de un Golf) encajados en su coche, eso sí a cambio de… como siempre… nada.

¿Creéis que esto pasaría en España u otros lugares de Europa donde cada vez que se acerca alguien fuera de lo común nos agarramos el bolsillo? Ya os respondo yo: “no”.

Como veis, la humanidad de la gente es infinita. A todos os hablan de los peligros que acechan al visitante en Sudáfrica pero mucho excluyen esta otra parte del país bafana que a pesar de las miserias que se ven en sus calles, tiendas, bares… sus habitantes siempre están dispuestos a darte su mayor sonrisa y ofrecerte soluciones a todos los ‘conflictos’ que te ronden.

En fin chicos, os dejo con algunas fotos para que podáis ver como nos sentimos… fue un día espectacular que acabamos de la misma manera en la Zona Fun de Soweto. Por cierto, ya lo veréis en el próximo vídeo… pero sólo Sudáfrica ha sido capaz de conseguir que celebre aquél fatídico gol de Nigeria a España que se comió Zubizarreta en el mundial de Francia 98… ¿os acordáis?

Un Bratzo y muchas gracias por todo!!!